La muerte es un tema por demás controvertido, hay cientos de perspectivas hacia ella y miles de conjeturas sobre el qué habrá después de que colguemos los tenis, a dónde iremos (en el caso de los creyentes), si nos da o no miedo la muerte, bla, bla, bla.
Todo, según pensamos, es finito en este mundo y aún así la mayoría no logramos acostumbrarnos a verla como parte del proceso de vida y es normal siendo seres sociables y querendones, y más doloroso aún cuando llega sin previo aviso, sin decirte ¡agua va menso!... pero, ¿qué pasa cuando sabemos que nuestro fin o el de alguien cercano está a la vuelta de la esquina?
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Ayer estaba yo trabaje y trabaje (neta!) cuando recibí la llamada de una señora que tiene unos tratos de trabajo con uno de mis jefes, y después de decirle que mi jefazo estaba en Italia me dice mas o menos esto:
“Bueno, si te comunicas con él, por favor coméntale que me van a operar de un quiste pero no creo sobrevivir, así que necesito que me llame para decirle como quedé con el abogado y qué seguimiento le debe dar para que termine con ese asunto. Ya dejé mi testamento, si cuando regrese yo habré muerto, que le llame a mis hijos, ellos ya saben qué hacer.”
Mocos!!!
En la escuela y en el trabajo se enseña uno a saber qué decir en ciertas circunstancias, ¿pero y qué ondas con ciertos asuntos de la vida? Para eso no hay reglas y uno se queda como estúpido sin saber qué decir, lo único atinado que pude hacer es decirle que confiara en Dios y que Él la ayudaría a salir adelante… digo, ni modo que le dijera “adiós señora, me dio gusto conocerla” o sea, está cabresto el asunto. Lo que sí se es que esta mujer tiene una fortaleza de admirarse y pongo esta esntrada con todo respeto.
El asunto es qué haríamos cada uno de nosotros si supiéramos eso, cómo reaccionaríamos, pensaríamos con cordura o nos convendría todo lo contrario? ¿arreglarías tus “pendientes” terrenales o los espirituales según tu credo? ¿le darías vuelo a la hilacha y te la pasarías en el desmadre, o harías por primera y última vez bien las cosas? …¿se lo dirías a los que te aman?
Por recato, educación o lo que sea, muchas veces uno se guarda las cosas y se queda con ganas de otras tantas, y bueno, no voy a entrar en criterios individuales, pero creo que debemos pensar en que no todos sabemos cuándo llegará nuestra factura de liquidación ni debemos saberlo a fuerzas para darnos cuenta que la vida es realmente corta y debemos aprovechar todas las oportunidades para llevarnos una vida chingona a la manera de cada quien, pero sobretodo, hacer las cosas por decisión propia y no porque los demás nos dijeron qué hacer de nuestra vida o se quisieron realizar en uno.
Pero ese es mi pensar… ¿usté qué haría?
