La dieta de la media Almita

A partir de hoy comienzo mi dieta... chingao.

Bue... Mi meta, volver a quedar así (o lo que se pueda):

¡Chin! no salió toda la foto.


Tengo una bici estática en mi casa (que no es su casa) pero me da una hueva enoooooorme levantarme temprano a pedalearle, y como alta ejecutiva que soy (ei) salgo bien tarde de mi chamba y prefiero irme con mi alguien a pasear que sudar con el zumba...

Y total, hoy en mi primer día de dieta, peso... errrr... no sé cuánto peso pero al ratito voy a la báscula que tienen en el sótano del edificio donde trabajo, una preciosa báscula que mide hasta toneladas jojojojo... jo... jo-jo... snif...

No más tacos del Tizoncito, quesadillas de Marcela, burritos en la Uni, tamales de la Monarca, ni enchiladas mineras, ahora pura comida saludable y a mis horas y en las famosas entrecomidas, de lo cuál lo último es lo más difícil pues la chamba no siempre me deja... ¿o serás más difícil no tragar tacos viviendo en una ciudad donde -literalmente- en cada esquina hay puestos de tacos?


Vóyme, me tengo que tragar mi café sin azúcar antes de que se enfríe y sepa más gacho.

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