Pastillas para no soñar

Hace unos días bajé una canción de Joaquín Sabina de la que ni me acordaba, sólo la descargué porque imaginé que era balada como “¿Quién me ha robado el mes de abril?” pero nah, nada que ver, de balada no tiene ni el ritmo ni la letra, pero me gustó bastante, creo que ya la había escuchado pero nunca le presté atención.

Eh aquí la rola:


Si lo que quieres es vivir cien años
no pruebes los licores del placer.
Si eres alérgico a los desengaños
olvídate de esa mujer.
Compra una máscara antigás,
mantente dentro de la ley.
Si lo que quieres es vivir cien años
haz músculos de cinco a seis.

Y ponte gomina que no te despeine
el vientecillo de la libertad.
Funda un hogar en el que nunca reine
más rey que la seguridad.
Evita el humo de los puros,
reduce la velocidad.
Si lo que quieres es vivir cien años
vacúnate contra el azar.

Deja pasar la tentación
dile a esa chica que no llame más
y si protesta el corazón
en la farmacia puedes preguntar:
¿Tiene pastillas para no soñar?

Si quieres ser Matusalén
vigila tu colesterol.
Si tu película es vivir cien años,
no lo hagas nunca sin condón.
Es peligroso que tu piel desnuda
roce otra piel sin esterilizar,
que no se infiltre el virus de la duda
en tu cama matrimonial.

Y si en tus noches falta sal,
para eso está el televisor.
Si lo que quieres es cumplir cien años
no vivas como vivo yo.


En pocas y certeras palabras, si quieres vivir harto, chíngate, no hagas nada que arriesgue tu salud física y emocional para que al rato no te pegue una enfermedad, te de hipertensión o te hagas cardiaco por las emociones.

Hace poco estuve platicando con un amigo, de esas ocasiones en que en vez de echar desmadre te tomas las copas a gusto y platicas cuanta babosada te venga a la cabeza hasta altas horas de la madrugada. Platicábamos de la longevidad. Le platiqué que mi bisabuela tiene –si mis cuentas no fallan- 103 años, ¡ájales con la bisa!, según yo sus años se deben a que toda su vida ha vivido en la ciudad-pueblo más tranquila que aún se conserva: San Felipe Torres Mochas, Gto. (si, Torres Mochas), infinidad de veces he ido y está súper tranquilo, mas no aburrido, y pareciera que el tiempo no pasa por ahí. También le agrego a su larga vida, su sana alimentación y que siempre ha sido muy activa mi bisa, recuerdo que un día fuimos a misa a la parroquia del pueblo y yo junto con una tía y mi hermana habíamos salido antes de la casa camino a la iglesia, mi bisa se retrazó, pero a los poco minutos nos rebasó y ni madres que nos acompañó al paso, ella, además de alcanzarnos, se fue más rápida que veloz y nos dejó atrás, jojo.
Mi cuate dijo también, que parte de la longevidad se debe al sexo, pero ojo, sólo sexo como tal, no tener hijos (mi bisa no tuvo taaaantos hijos como se acostumbraba en ese entonces) y si, una vez vi en Discovery Channel que algo muy sabio (o muy gacho) en la naturaleza humana reconoce cuando una mujer ha concebido y eso te va “desgastando”, o bien, al dar vida se te resta a ti un poquito; pero no se regocijen, hombres lujuriosos, a ustedes también les afecta tener hijos. Aunque usted no lo crea. Ah, si será fregona la naturaleza.

También hace poco mi hermana me contó que vio un reportaje sobre una señora oriental (sepa si china, coreana, o qué-se-yo de dónde) que también tenía los añales y no solo eso, sino que poseía un rostro de quinceañera… bueno exageré, talvez de treinteañera, y su secreto de longevidad era dormir más de 12 horas diarias. Qué hueva, de qué le sirve a la doña vivir tantos años si más de la mitad de su vida se la pasa jetona. Yo prefiero quedarme con mis patas de gallo que ya tengo a mis 22 años, marcas de expresión, simón, de risas, llanto, risas, coraje, carcajadas, gestos mamones y más risas (y talvez uno que otro cigarrillo).

Talvez vivir mucho no es sinónimo de felicidad, calidad no cantidad, y de igual manera vivir poco pero acelerado lo sea, todo depende de cada cual. Bueno, con la excepción de algunos que viven mucho y no se arrepienten, como, vuelvo a decirlo, mi bisa (aún recuerdo cuando nos contó sobre las penurias de la revolución). Esa señora con todo respeto, rulea.



Nota adicional para los incrédulos: “…En 1641 se dejó de construir el templo parroquial, quedando inconclusa su torre; de ahí que a la Ciudad cabecera se le conoció como San Felipe Torres Mochas”
http://www.guanajuato.gob.mx/municipios/san_felipe.htm