No eres sólo tú, nosotros también tenemos problemas... yo también tengo problemas.

Porqué la gente no sabemos hablar, porqué no aprendemos a escuchar... ese es nuestro gran problema. Yo también necesito quién me escuche incluso cuando yo callo y tú gritas que necesitas ser escuchado.

Te aseguro que aunque mi pasividad es más grande que la tuya, la mía también tiene un límite, también me enojo, también me pongo triste.

Me gusta aportar para tranquilizar y solucionar las cosas, siempre estoy en ese plan, pero te aviso -por si no lo sabías- que yo también tengo ganas de estallar, de gritar y de llorar... pero no me gusta afectar a los demás, procuro pensar con el estómago frío y no caliente.

Estoy para escucharte, pero ahora yo necesito quién me escuche, necesito con quién llorar y desahogarme, no con quien desquitarme. Que intento vivir cada día lo mejor posible pero que no por eso no soy ser humano y no tengo debilidades.

Que intento día a día animar, escuchar y entusiasmar a los demás aún siendo ya un día bueno, pero a veces lo hago con el único fin de hacermelo sentir a mí tambien.

Que así como pienso en los demás aún cuando necesito pensar sólo en mí, también me gustaría toparme con quien piense en mí, que lea a través de mis ojos. Que me abrace y me diga "no hay pedo, todo estará bien"... no sólo hacerlo yo.

Que por una vez no quiero ser la centrada y quiero más bien llorar como niña... provablemente algún día se me acabará el gusto y piense para con los demás lo que piensan de mí, ser un día egoísta y consolarme a mí misma o buscar consuelo en vez de consolarte a tí o a tí.

Querer llorar con alguien y no llorar sola.

Mandar todo a la chingada tal como ustedes saben hacerlo.