Ternurita!!

Ayer venía escuchando a unos niños que estaban plática y plática.
Tenían como entre 5 y 6 años, niña y niño respectivamente:

Niña: Yo nací porque mi mami y mi papi le pidieron a Diosito tener una niña, y Diosito me puso en la panza de mi mami...

Niño: ¡Eres una tonta!...

(Ay nanita, este chamaco le va a romper el cucharón saliendo con el típico "No es cierto, fue por sexo"...)

Niño: Sí, eres una tonta, claro que te puso en la panza... ni modo que en la cabeza!!

Aaaaay! ¿No es una ternurita que en este mundo vil aún hayan chamacos inocentes? jaja.

***

Es curioso cómo uno pudo haber sido tan inocente, a lo que ahora llaman menso, no, yo no lo veo así. El día de Reyes, por ejemplo, era un día para mí mágico, tan sólo pensar que los Reyes habían estado en mi casa, que se habían comido las galletas con atún que les dejábamos, ¡que supieran para quién eran los regalos! Ja, y cómo me burlaba de mis primas que también le hacían carta a Sancho Clos, pensaba yo “pobres mensas, eso es una mentirota…” chale. Y claro, nunca faltaba el chamaco amargado o testigo de Jehová que siempre te decía que los reyes no existían y que los regalos eran de nuestros apás, yo siempre pensé que eran envidiosos nada más porque Melchor, Gaspar y Baltasar no alcanzaban a repartir en sus casas, jo.

Pero el fatídico día de enterarme llegó, yo tenía como 10 años (si ya estaba vetarrona ¿y?), el caso es que mi papá regañó sepa porqué a mi hermana –yo soy la más nena de la casa- y le dijo a mi hermana “¡Y este año no te van a traer nada los Reyes!”. Yo pensé “Ah chinga! ¿a poco mi papá sabe cuando no vienen?” y mi hermana entró toda encabritada al cuarto donde yo estaba y se limitó a gritarme “Y no creas que los reyes existen, los que traen los regalos son mis papás”… chale… no sé quién lloró más, si ella por el regaño o yo por mi desilusión. Pero me volvió la alegría cuando un par de días después no sólo me trajeron a mí mi ansiada bicicleta sino a mi hermana también, yo dije a huevo, sí que existen, bueno, sin esas palabras, claro.

Igual yo ya estaba consciente de quienes eran pero el sólo hecho de hacer eso por los chamacos me daba mucha alegría, como a los 13 años fui con una amiga y mi hermana a comprar los reyes de sus hijos, era impresionante la cantidad de comerciantes y papás comprando los Reyes de los chamacos, a última hora claro como dignos mexicanos, ja, y más me impresionó la forma en que mi hermana burló mi presencia para comprarme mi regalo, ah, porque han de saber ustedes que nunca me han dejado de traer mis reyes =D yuju!

Además en torno a esto giran muchas ideas o argumentos, recuerdo que mi mamá nos contaba que no debíamos espiar cuando llegaran los Reyes pues si acaso los veíamos dejarían de traernos regalos, por ejemplo, mi mamá nos contaba que a ella le dejaron de traer regalos cuando era muy niña, porque supuestamente, mi abuelita cuando levantó la cartita de mi mamá al cielo, vio la mano de uno de los Reyes al tomarla y eso provocó que le dejaran de traer, ah qué gachos la neta. Yo también me preguntaba porqué siempre a mis primos ricos y pudientes les traían juguetes súper fregones y a nosotros, los parientes pobres, nos traían cosas más sencillas; nunca los envidié pues mis regalos eran para mí los más hermosos, pero sí me preguntaba porqué no les traían mejores regalos a los niños más pobrecitos ya que los ricos ya de por sí tenían muchos.

Bueno, ya me fui larga con esto de los chamacos inocentes y terminé con los regalos de los Queridos Santos Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar… ¿Qué? Yo les ponía todo eso en las cartas, jojo.

A veces es bueno seguir siendo cándidos e inocentones, no mensos claro.

Cáigole.